Hay cosas que son míticas, que son populares y gustan como un cocido madrileño. Un plato sencillo, pero hecho a fuego lento. Sin duda el mercado del scooter está en auge y Kymco viene urdiendo una cruzada perfecta contra la competencia, cocinada a fuego lento. Desde hace mucho tiempo, sus productos no han parado de mejorar, de pulir detalles, todo ello ajustando el precio y sin renunciar a la tecnología y al cuidado del medio ambiente. En esta ocasión, probamos para vosotros un scooter ya mítico dentro de la marca. Dentro de la saga Dink, este Gran Dink 300 ABS supone una alternativa deliciosa de movilidad.
El Kymco Grand Dink 300 y los orígenes del scooter
Desde siempre, el scooter siempre ha sido uno de los medios de movilidad más usados en ciudades. Aunque hubo un tiempo, hace no demasiado, que parecía que el scooter había establecido una guerra en cuanto a potencia, cilindros, cilindradas en la que el T-Max de Yamaha fue el polvorín, Gilera, Honda, Suzuki, incluso la propia Kymco tiene scooters con corte deportivo, que se alejan de la etimología del concepto de scooter.
No hay nada mejor que moverse en ciudad en scooter y cuando pruebo uno como este Kymco lo ratifico. Este Grand Dink 300 ABS me gusta porque está orientado a los orígenes por los cuales se inventó el scooter. No hace falta que sea la ciudad de Madrid o Barcelona, es perfecta para otras ciudades más pequeñas. Aparcas bien, ahorras en gasolina, te libras de atascos, vas más protegido aerodinámicamente, tienes hueco de carga y además, con este scooter que probamos, puedes ir a jugar al pádel a esas pistas que están a 20 kilómetros y se aparca tan mal por la zona. Este Kymco de 300, vuelve a los orígenes actualizando el concepto de lo