Cuando hablamos de compactos deportivos, cualquier aficionado tiene en mente unos cuantos modelos que han conseguido convertirse en franquicia: Volkswagen Golf GTI, Ford Focus ST, Cupra León, Honda Civic Type R, Hyundai i30N, Renault Megane RS o, por derecho propio, el Audi S3.
Desde la primera generación del compacto de la firma de los aros, lanzada al mercado en 1998, la división deportiva de la marca se ha ocupado de tocar con su varita mágica cada una de las cuatro generaciones para lanzar una versión deportiva que acelere los corazones de los más adictos a los puertos de montaña.
Pese a que la evolución de las cuatro generaciones del Audi S3 ha sido espectacular, todas ellas han mantenido dos elementos en común: sistema de tracción integral quattro y un propulsor de cuatro cilindros turboalimentado que, desde la primera entrega del modelo, ya superaba los 200 CV.
La cuarta generación del Audi A3 aterrizó en el mercado en 2020 para seguir siendo uno de los referentes en el segmento de los compactos premium y apostar fuertemente por la electrificación con versiones Mild Hybrid -como el Audi A3 35 TFSI que probaron nuestros compañeros de DrivingEco- y dos variantes híbridas enchufables con hasta 60 km de autonomía eléctrica . La competencia cada vez es más voraz, y es que ya no sólo debe preocuparse de rivales de antaño como el Mercedes-Benz Clase A o el BMW Serie 1, sino que las marcas generalistas están poniendo toda la carne en el asador para hacer que la brecha entre ellos y el segmento premium cada vez sea más pequeña.
El Audi S3 vuelve a repetir como la segunda versión más prestacional dentro de la gama del A3 y con la medalla de ser el más equilibrado, dejando atrás en este aspecto a su radical hermano, el Audi RS3 y sus 400 CV, ¿Cumplirá con las expectativas?
Deportividad sin excesos
Si hay algo que caracteriza a esta generación del Audi S3 es su deportividad sin estridencias, y es que su carrocería refleja a la perfección lo que el conductor experimenta cuando se pone al volante.
En la parte frontal, destacan sobre todo los nuevos faros en una afilada forma de flecha, uno de los principales responsables de haber dado un toque moderno a esta cuarta generación a pesar de contar con un diseño muy continuista. En el centro, encontramos una poderosa parrilla con un patrón de panal de abeja que, en esta variante deportiva, presenta unos huecos más amplios que, además de ayudar a respirar a su propulsor, imprimen una estética más agresiva.
Por encima de esta, el Audi S3 abre una pequeña grieta entre el capó y el inicio del paragolpes que, lejos de ser funcional, hace un guiño al padre de todas las versiones deportivas de la marca de los aros, el mítico Audi Sport quattro.
En las zonas laterales del paragolpes, tenemos otras dos pequeñas calandras enmarcadas en molduras con el color de la carrocería y dos ligeras aperturas en disposición vertical que canalizan aire fresco a los discos de freno ventilados que trae el Audi S3 de serie.
Las diferencias cuando vemos el coche de perfil respecto a un A3 con el acabado S-line son prácticamente imperceptibles, por lo que tendremos que fijarnos en las carcasas de los retrovisores en color negro, las llantas específicas de 18 pulgadas o las pinzas de freno pintadas en un siempre atractivo tono rojo (+390 €).
Es en la zaga donde más se diferencia el Audi S3 de sus hermanos más modestos, y es que por encima de todo destacan sus dos parejas de colas de escape… ¡Reales! Pese a que esta solución estética cada vez más en desuso por los fabricantes, la sensación de músculo que aportan estas cuatro salidas ovales supera a la que es capaz de ofrecer cualquier moldura de recubrimiento de las que tan de moda se ha puesto en los últimos años.
Tras esto, tan sólo el logotipo de S3 en la zona izquierda de su portón trasero delata que estamos ante una de las variantes más pasionales del compacto de la marca de los aros.
Un habitáculo sobrio con aspectos mejorables
Con su nueva generación de modelos, Audi mostró una importante evolución de su concepto de habitáculo, con una disposición de los elementos que envuelve completamente al conductor.
Al entrar al habitáculo del Audi S3, unos asientos deportivos específicos nos recogen con un excelente equilibrio entre confort y sujeción lateral. Un pespunte en hilo rojo que remata la tapicería de cuero negro y la parte alta del salpicadero se encarga de dar un toque picante al sobrio habitáculo.
Una vez que nos acomodamos en ellos, el puesto de conducción integra a la perfección al conductor con el coche, con todos los mandos orientados hacia este para conseguir una ergonomía prácticamente perfecta.
Tras el volante, tenemos el excelente Digital Cockpit de 12,3 pulgadas que ofrece una gran cantidad de información al conductor, haciéndolo además con una perfecta definición que le convierte en una de las referencias del mercado en este aspecto.
Para completar el conjunto tecnológico, tenemos una pantalla central de 10,5 pulgadas en la consola central para con un funcionamiento sencillo e intuitivo y que además es compatible con Android Auto o Apple Car Play.
Bajo esta, tenemos un piano de botones con los que podremos controlar la temperatura del sistema de climatización. Esto es algo que debemos celebrar, teniendo en cuenta que es el único modelo basado en la plataforma modular MQB que no integra el sistema en la pantalla táctil y, por tanto, no obliga a apartar la vista de la carretera si queremos variar la temperatura del habitáculo.
Por debajo de esta, tenemos otra botonera que, entre otras funciones, incluye el botón de acceso directo a los programas del Drive Select. Por debajo queda el espacio para la carga inductiva del Smartphone con dos tomas USB integradas.
En la consola central tenemos otro de los rasgos que definen ya no sólo a la nueva generación de compactos de Audi, sino todos los últimos modelos del Grupo Volkswagen –Seat León, Volkswagen Golf y Skoda Octavia-. Hablamos del gatillo que actúa a modo de selector de marchas, un elemento extraño a primera vista pero al que tardamos pronto en acostumbrarnos.
A sus lados, tenemos un sugerente botón de arranque en color rojo y un nuevo “pad” háptico para el sistema multimedia que sustituye a la antigua ruleta que utilizaban los anteriores modelos de la marca y que, a nuestro parecer, tenía un funcionamiento mucho más intuitivo.
El espacio en la fila posterior es correcto, aunque no sobresaliente, y es que el hueco que dejan los asientos deportivos para las rodillas de los pasajeros es algo justo para personas de más de 1,85 m. Para compensarlo, la anchura en las mismas es buena, por lo que dos personas viajarán con comodidad y tres pueden hacerlo sin problema si no les importa posar su espalda en el rígido reposabrazos central.
La calidad general en los acabados es buena, con materiales de buen tacto en todo el habitáculo. Sin embargo, hay ciertos detalles en los que Audi se ha ahorrado unos euros, como por ejemplo el plástico duro de las molduras que cubren la parte alta de las puertas, más propios de un utilitario de 20.000 euros que de un compacto premium que triplica este precio.
Uno de los mayores problemas del Audi S3 es su maletero, y es que el sistema de tracción integral quattro perjudica su cubicaje en nada menos que 55 litros, de forma que se queda en unos escasos 325 litros que le colocan por detrás de rivales como el Cupra León (380 litros), el Renault Megane RS (384 litros) o el Hyundai i30N (381 litros).
Al volante del Audi S3: eficaz y polivalente
Una vez que ya conocemos a fondo el Audi S3, vamos a la parte más importante: las sensaciones que da esta versión deportiva del compacto de Ingolstadt.
Bajo el capó del Audi S3, tenemos el archiconocido motor 2.0 TFSI de cuatro cilindros turboalimentado que, en este modelo, desarrolla 310 CV capaces de generar 400 Nm, acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
El empuje disponible al pisar el acelerador es muy contundente en todo momento, con un par máximo que se entrega entre 2.000 y 5.400 rpm que te incrusta en el asiento. La sensación se multiplica con un silbido del turbo que te va envenenando cada vez más y que sólo se detiene cuando la zona roja del cuentavueltas pide una tregua.
Una prueba de un compacto deportivo de raza se merece una buena jornada de curvas, y quién somos nosotros para romper la tradición. Tras una intensa sesión de puertos de montaña, lo que más impresiona del Audi S3 es su capacidad de transmitir su potencia al asfalto y lo fácil que es ir rápido con él.
El Audi S3 no cuenta con un sistema de tracción integral permanente, sino que en la mayoría de situaciones funciona como un tracción delantera tradicional y, mediante un sistema de distribución de par variable, acopla el tren trasero cuando detecta una pérdida de adherencia en el eje delantero. Su funcionamiento es brillante, por lo que permite acelerar en la salida de las curvas sin un solo síntoma de subviraje.
La transmisión automática S-Tronic de siete velocidades también ofrece un comportamiento impecable en todo momento, con gran suavidad en conducción cotidiana y una rapidez en conducción deportiva que acompaña las sensaciones deportivas.
El conjunto lo redondea una suspensión con un tarado perfectamente equilibrado para ofrecer un comportamiento confortable en el día a día y un firme suficiente como para evitar cualquier balanceo de la carrocería, copiando a la perfección cualquier irregularidad del asfalto.
Mención especial hay que hacer al sistema de frenos sobredimensionados, con discos de 340 mm delante y 310 mm detrás, que a pesar de no ser ventilados, soportan muy bien un uso intensivo y hay que proponérselo para hacerlos desfallecer.
Un completo equipamiento de serie
El Audi S3 -con perdón del RS3-, es la versión tope de gama del compacto de la marca de los aros. En consecuencia, su equipamiento de serie también es más completo, por lo que incluye elementos como el Audi Virtual Cockpit plus de 12,3 pulgadas, el sistema multimedia MMI con pantalla de 10,5 pulgadas, asientos deportivos o paquete de iluminación ambiental. También podremos elegir sin sobrecoste entre tres diseños de llantas en 18 pulgadas y tendremos los paragolpes y un spoiler específico.
Sin embargo, la lista de equipamiento opcional y, por tanto, lo que tendremos que pagar por tener una unidad tan equipada como la de nuestra prueba es prácticamente interminable. Sin duda, uno de los “extras” más recomendables son los Faros Matrix Led (+905 €), que proyectan un haz de luz muy nítido que hace que no haya diferencia entre la noche y el día en cuanto a visibilidad se refiere.
También es recomendable pagar los 1.410 € que Audi pide por su “Paquete Asistencia”, con el que se añaden asistentes como el Audi Presense Front, el asistente de luces, de aparcamiento el control de crucero adaptativo.
Sí que es prescindible el Head Up Display, y es que pese a que su nitidez e información es bastante completa, queda completamente ilegible en caso de que, como un servidor, estés acostumbrado a conducir en una posición baja, y es que en ese caso queda completamente fuera del campo de visión del conductor.
La tapicería de cuero negro con los pespuntes en rojo suma enteros en su interior, aunque también añade 1.680 € a la factura final. Lo mismo pasa con las carcasas de los retrovisores en color negro (+135 €), el paquete de estilo negro (+970 €) o el excelente sistema de sonido envolvente firmado por Bang&Olufsen (+650 €). Suma y sigue…
¿El compacto perfecto?
El Audi S3 aúna un buen número de virtudes que le podrían hacer merecedor de un título tan competido como el de “el compacto perfecto”. En conducción deportiva es eficaz como pocos y sabe cómo dibujar una sonrisa en la cara del conductor.
También es perfectamente válido para su uso en el día a día, con un confort de marcha espectacular y unos consumos muy contenidos teniendo en cuenta lo que tenemos debajo del pie –una media de 8 l/100 km en consumo combinado-.
Sin embargo, no todo es de color de rosas, y es que además de que su habitabilidad es uno de sus puntos débiles, su estatus de compacto “premium” hace que, de media, su precio base sea alrededor de 15.000 € superior al de algunos rivales que son capaces de ponerles en aprietos.
Si nuestra prioridad es la conducción puramente deportiva y no nos importa tener un rombo o una H en la calandra en lugar de los cuatro aros, quizá haya modelos que puedan satisfacer tus necesidades más pasionales por mucho menos dinero.
Si, por el contrario, te gusta la atmósfera creada alrededor de las marcas premium y no te importa pagar el sobrecoste que implica acceder a esta elitista subcategoría, el Audi S3 no te va a decepcionar, y es que pocos compactos hay más eficaces y polivalentes que el compacto de Ingolstadt.