Tal y como os venimos contando estos días, estamos asistiendo al paro de la producción de AdBlue de algunos de los principales fabricantes europeos. Ayer analizábamos hasta qué punto puede ser preocupante para el conductor de un diésel esta, de momento, pequeña crisis del AdBlue.
Concluíamos, que con toda seguridad viviremos un incremento de precios del AdBlue, en tanto en cuanto su producción depende del gas, que estos días está sufriendo una escalada de precios ascendente que no parece vaya a detenerse en los próximos meses. Pero también analizábamos por qué una crisis de suministro parece poco probable, al menos en estos momentos.
La crisis del AdBlue ya está propiciando algunos pronunciamientos, como los que nos llegan desde Alemania. El ADAC, la mayor asociación de automovilistas en Europa, ya ha alertado de que el AdBlue podría volverse más escaso y más caro en Alemania. Y entre sus recomendaciones ya apunta a rellenar el depósito de AdBlue a aquellos conductores de diésel que recorran muchos kilómetros.
¿Qué es el AdBlue?
El AdBlue es una solución acuosa de urea que en la última década se ha convertido en imprescindible para hacer que los diésel modernos sean menos contaminantes. Gracias a ella los diésel modernos han reducido drásticamente sus emisiones de NOx. Pero los diésel modernos también se han convertido en dependientes del AdBlue, un aditivo que se aloja en un depósito y que hemos de rellenar periódicamente. Sin Adblue, no funcionaría ningún diésel moderno dotado de esta tecnología. Más información en nuestra guía sobre el AdBlue.
El problema al que nos enfrentamos se debe a que la producción de AdBlue se lleva a cabo en plantas químicas que emplean el gas natural como materia prima y como fuente energética, mediante sistemas de cogeneración. Si el gas natural eleva su precio, encarece el coste de producir AdBlue.