La Unión Europea ha dado el primer toque de atención a España por no comprometerse con la implantación del vehículo eléctrico en el país. Desde Bruselas consideran que los esfuerzos por catapultar el eléctrico en el territorio nacional pueden no ser suficientes y por eso han enviado una carta de emplazamiento al Ministerio de Transportes.
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Cuando los esfuerzos por catapultar el coche eléctrico chocan contra la cruda realidad: unas tarifas de la luz por las nubes
Los esfuerzos no son suficientes
La legislación comunitaria fija el porcentaje de vehículos de energía limpia que la Administración debe adquirir desde este año hasta el próximo 2030, ya sean autobuses interurbanos, coches de autoridades, vehículos de recogida de basuras o de servicios postales y entrega de paquetes.
El objetivo de esta legislación es de reducir las emisiones derivadas del uso de combustibles fósiles y, por contra, favorecer la movilidad de bajas emisiones.
El problema es que, desde Bruselas consideran que España no está cumpliendo los objetivos de contratación pública de vehículos limpios de carretera, ni está haciendo lo suficiente para promocionarlos de cara a la ciudadanía.