Hertz está teniendo un despertar bien movido. Tras declararse en bancarrota en mayo 2020 y ser rescatada por los fondos Knighthead Capital Management y Certares Opportunities, Hertz se ha reestructurado y afronta la recuperación económica con una de las inversiones más grandes de su historia. La compra de 100.000 unidades del Tesla Model 3, con la que más del 20% de la flota mundial de la alquiladora de coches será 100% eléctrica. Como es lógico, tras este anuncio, las acciones de Tesla se dispararon en bolsa más de un 13%, en un eufórico rally.
El objetivo de Hertz es convertirse en un proveedor de movilidad, un término acuñado por ciertos departamentos de marketing, con el que quieren alejarse de la filosofía «añeja» de la empresa de alquiler de coches. Y qué mejor forma de abrazar el futuro que electrificando de forma intensa su flota global. Las 100.000 unidades de Tesla Model 3 que Hertz adquiere tendrán un coste total de 4.200 millones de dólares, y supondrán un 10% de la producción total de Tesla en 2022. Su entrega masiva tendrá lugar a finales del próximo año, dicho sea de paso.
El anuncio disparó las acciones de Hertz en más de un 14%.
El motivo de este largo plazo de entrega es «logístico», a causa de la escasez de semiconductores que asola a la industria del automóvil a nivel global. Con todo, los primeros Tesla comenzarán a llegar a las oficinas de Hertz de EE.UU. y Europa a partir de noviembre, comenzando por los aeropuertos de grandes ciudades. Las personas que los alquilen recibirán un pequeño cursillo in situ sobre las peculiaridades y beneficios de los coches eléctricos, además de poder acceder sin limitación alguna a la extensa red de Supercharger, los cargadores rápidos de Tesla.
La estrategia de Hertz con Tesla