Porsche, que ha participado en un ambicioso proyecto para impulsar los combustible sintéticos, está financiando un proyecto de la compañía Hydrogenious LOHC Technologies que une el hidrógeno gaseoso, altamente volátil, con un aceite.
Esto eliminaría de la ecuación el problema del almacenamiento y el transporte de este combustible, que precisa de altas presiones.
Aprovechando las bondades de los compuestos orgánicos
La empresa alemana Hydrogenious LOHC Technologies, con sede en la ciudad bávara de Erlangen, ha desarrollado un proceso con el que el hidrógeno verde se une a un aceite.
La ventaja reside en que el aceite es sumamente estable y seguro porque puede manipularse y almacenarse en condiciones ambientales. Además, no es explosivo, volátil ni emite vapores corrosivos tóxicos, como ocurre con el amoníaco.
«Embutido en aceite», explica Porsche, el gas puede almacenarse y transportarse en condiciones ambientales. Después se libera y el aceite se reutiliza para la siguiente carga en un proceso que ya ha sido patentado y que está en fase de pruebas.
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Sabiendo que los compuestos orgánicos pueden absorber y liberar hidrógeno en reacciones químicas, la compañía llegó a la idea de utilizarlos para