Ahora que la marca se estaba acostumbrando a las mieles del éxito tras un potente debut en bolsa que superó sus expectativas y le otorgó una valoración de más de 100 mil millones de dólares (por delante de fabricantes de la talla de General Motors o Ford), la incertidumbre vuelve a rondar a Rivian. Y es que los compradores del SUV eléctrico R1S han recibido vía mail el aviso de que las primeras entregas no llegarán, como mínimo, hasta la primavera de 2022.
Peligran también los plazos para próximas entregas de la pick up eléctrica R1T que ha empezado a salir de fábrica hace apenas dos meses, pues entre otras cosas, ambos vehículos usan la misma plataforma.
Entre los principales motivos detrás de estos retrasos es más que probable que se encuentre la escasez de microchips que afecta a los fabricantes a nivel global, pero no este no es el único problema de Rivian.
Previsiones que ahora quedan en el aire
La empresa capitaneada por RJ Scaringe tiene muchos frentes abiertos. Pese a que acaba de anunciar objetivos más que ambiciosos de cara a 2030, aún están buscando emplazamiento para fabricar sus propias baterías y sus planes para ofrecer servicios basados en software desde su plataforma Rivian Cloud siguen en el aire.
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