A los más jóvenes, e incluso a alguno ya talludito, le sorprenderá este dato: solo Ferrari ha ganado más mundiales de constructores en la Fórmula 1 que Williams. Sí, esos coches azules y blancos que ahora se arrastran por las últimas posiciones de la parrilla un día fueron una máquina de ganar mundiales, y todo gracias a Frank Williams.
El mítico mecánico que se convirtió en garajista para hacer uno de los equipos más grandes de toda la historia de la Fórmula 1 falleció el pasado domingo a los 79 años de edad. Su legado, un equipo con una filosofía única en la que ningún piloto repitió mundial, básicamente porque Williams prescindía de ellos cuando ganaban y se convertían en divas.
Siete pilotos ganaron el mundial con Williams y ninguno repitió
En Williams Racing las cosas estuvieron claras desde el principio: lo importante es el coche y el equipo, el piloto tan solo es un lastre que va entre el volante y el motor. Con esa filosofía, y con un apoyo fundamental como Patrick Head al frente de la técnica, Frank Williams comenzó como un garajista más, pero terminó siendo el garajista.
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