Habrá peajes en todas las autovías y autopistas españolas. O al menos ese es el objetivo del Gobierno, que a lo largo de los últimos meses ha expresado su intención de introducir un sistema de pago por uso en las carreteras españolas, cuya implementación aún está estudiándose. Ahora bien, los peajes podrían no restringirse a las carreteras y es que el Gobierno plantea ya la posibilidad de que haya que pagar algún tipo de peaje para acceder a las ciudades.
Y mientras el Gobierno estudia el desarrollo de un mecanismo de pago por uso en las vías de alta capacidad, merece la pena que analicemos con detenimiento el pago por uso en las ciudades, la letra pequeña escondida en este plan.
¿Por qué se plantea introducir peajes en las ciudades? ¿Cómo podría implementarse? ¿Qué supondrá para los conductores? ¿Quiénes serán los más perjudicados y los más beneficiados?
Menos coches en las ciudades, salvo que sean eléctricos
El Gobierno ha plasmado sus intenciones de introducir «mecanismos de pago por uso» en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Ejecutivo español envió en abril a la Unión Europea y que, lejos de tranquilizar al ciudadano, está generando preocupación, y en muchos casos indignación.
La transición ecológica será muy costosa y se financiará con un aluvión de tasas e impuestos, como los peajes en autovías y autopistas o la subida del impuesto sobre hidrocarburos al diésel. La transición ecológica también se llevará a cabo incentivando medios de transporte menos contaminantes, que en el ámbito privado serán esencialmente coches eléctricos e híbridos enchufables y, sobre todo, desincentivando el uso de vehículos más contaminantes, o todo aquello que no sea eléctrico, o híbrido enchufable.
El plan del Gobierno habla de «implementación de planes de movilidad pago por uso urbana», a continuación del «pago por uso de las carreteras