Año tras año, Noruega presenta unas cifras de venta de coches eléctricos que dejan perplejo a medio mundo. Así, por ejemplo el 77,5 % de los coches nuevos vendidos en Noruega son eléctricos y Tesla tiene el 30 % de cuota de mercado. Para muchos es un ejemplo a seguir, aunque es un ejemplo muy peculiar.
El sueño eléctrico de Noruega se debe a una serie de exenciones fiscales y otras ayudas financieras que hacen que comprar un coche con motor de combustión no tenga sentido para la mayoría de los automovilistas. Pero estos incentivos, o más bien su éxito, han creado un problema único: en Noruega la recaudación de impuestos ha bajado notablemente por culpa del coche eléctrico y esto es un problema.
La compra de un coche nuevo en Noruega acarrea consigo el pago de un IVA del 25 % y de un impuesto de matriculación calculado en función de las emisiones de CO2 del coche en cuestión. Pero hay excepciones. Con la compra de un coche eléctrico no se paga IVA ni impuesto de matriculación.
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Hay otras excepciones al impuesto de matriculación, siendo las más comunes los coches clásicos (más de 20 años en el caso de Noruega), los coches convertidos para funcionar con etanol y cualquier coche que compre un residente de las islas Svalbard. También