En el equilibrio está la virtud, que diría Aristóteles. El Suzuki S-Cross parece querer jugar a ese juego, y se acaba de presentar en el mercado nacional con su segundo lavado de cara desde que fuera lanzado en el año 2014. Suzuki afirma que es un lavado de cara tan profundo que casi podríamos llamarlo una nueva generación. En esta toma de contacto en vídeo, mi compañero Juanma lo analiza, y comprueba si efectivamente es tan nuevo como lo pintan. Además, tratará de descubrir si el Suzuki S-Cross 2022 es un crossover compacto competitivo a día de hoy.
A nivel de diseño el Suzuki S-Cross cambia de forma considerable. El frontal ha sido rediseñado con una nueva calandra, unos faros LED y un paragolpes con imitación de cubrecárter. Su perfil lateral deja más claro que se trata de un lavado de cara y no de una nueva generación: aunque sus pasos de rueda son más anchos, su pilar C cambia ligeramente y pierde las taloneras que tenía anteriormente, mantiene sus 4,30 metros de longitud y la misma distancia entre ejes que el Suzuki S-Cross que ya conocíamos anteriormente.
Con 4,30 metros de longitud, el Suzuki S-Cross está a caballo entre los segmentos B y C.
En la parte trasera se han equipado unos nuevos pilotos traseros que atraviesan el coche de lado a lado, y que recuerdan poderosamente a rivales directos como el Toyota Yaris Cross. No se siente tan moderno ni puntero como otros crossover compactos, pero sí suficientemente actual. Del habitáculo no podemos decir lo mismo. Se siente de una generación anterior, ya que carece de instrumentación digital, su selección de materiales es bastante poco atrevida, y solo encontramos una pantalla de 9 pulgadas como concesión a la actualidad del sector.
Esta pantalla es parte del equipo de infotainment tope