El impuesto de matriculación es una de las cargas impositivas que se aplican a los coches nuevos, que se suma por ejemplo el genérico IVA, que en los automóviles es del 21 % (salvo las excepciones que lo llevan reducido).
Pero desde el 1 de enero del recién llegado 2022, comprar un coche nuevo supone un mayor desembolso a causa precisamente de dicho impuesto. Este gravamen quedó reducido en junio de 2021 en España, pero el Gobierno no ha prorrogado esta congelación.
Y eso se traduce en que más coches nuevos han pasado a ser más caros este año. El por qué lo encontramos en el nuevo ciclo de homologación WLTP.
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No ha cambiado el impuesto, pero sí la homologación de emisiones
El impuesto de matriculación viene definido en función de las emisiones homologadas de CO₂ de los vehículos, que se han elevado al entrar en vigor el nuevo estándar WLTP, más exigente, para calcular esta carga.
Hasta 2019, en Europa, las homologaciones se hacían con el desfasado ciclo NEDC. Aunque España aplicó una moratoria hasta el 1 de enero de 2021, que posteriormente se amplió hasta el 31 de enero del