La autonomía del coche eléctrico y la vida útil de sus baterías se pueden ver penalizadas bajo ciertas condiciones: algunas, como las temperaturas muy altas o muy bajas, son variables externas que escapan a nuestro control, pero otras sí podemos controlar.
Es el caso de los hábitos de conducción: hacer un buen uso de los sistemas del vehículo como la frenada regenerativa mejoran la eficiencia energética, independientemente de la capacidad de la batería.
Usar el motor eléctrico para frenar el coche
El KERS (‘Kinetic Energy Recovery System’) o Sistema de Recuperación de Energía Cinética es lo que se conoce comúnmente como la frenada regenerativa.
Básicamente, se invierte el funcionamiento del motor eléctrico para contrarrestar la inercia del vehículo, a la par que se utiliza como generador eléctrico de un modo similar a la dinamo de una bicicleta.
La energía eléctrica generada puede ser utilizada para alimentar servicios auxiliares del coche, pero en un coche eléctrico se usa principalmente para recargar la batería. Según datos de Volvo, de esta manera se puede recuperar hasta el 70 % de la energía que se hubiese desperdiciado de forma térmica si se accionaran los frenos convencionales.
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Hábitos que aumentarán la vida útil de la batería de tu coche eléctrico (y te ahorrarán disgustos)
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