Por alguna extraña razón, al ser humano le gusta celebrar algunos eventos con fuego. Ya sea el solsticio de verano, con las hogueras de San Juan en Europa, o el de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio, con fuegos artificiales.
Lo mismo ocurre en Francia el 14 de julio -día simbólico de la Revolución- y el 31 de diciembre. Salvo que la última noche del año, los fuegos artificiales son sustituidos por la quema más o menos indiscriminada de coches en la calle.
No es una tradición de la que estén muy orgullosos en el país vecino, pero es algo que se lleva haciendo desde los años 90. Este pasado fin de año, un total de 874 vehículos fueron incendiados en toda Francia en Nochevieja.
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Pero con las restricciones relacionadas con el coronavirus, esa cifra es menor que en años anteriores, según el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Un total de 1.316 coches fueron incendiados en 2019, según un comunicado de prensa emitido por el Ministerio del Interior el sábado pasado. Sin embargo, se detuvo a más personas para interrogarlas que en años anteriores, con 441 detenidos frente a 376 en 2019.
¿Por qué se queman tantos coches?