Tras inaugurar su entrada en la hibridación con los Compass y Renegade 4xe, Jeep vuelve a la carga con nuevas variantes electrificadas para sus dos modelos más compactos. Ambas se denominan e-Hybrid, y con ellas la marca estadounidense quiere ofrecer un escalón de acceso más asequible a su gama híbrida.
Para ello, Jeep ha implementado una filosofía mecánica completamente diferente a la enchufable 4xe. De entrada el nuevo e-Hybrid toma como base el mismo bloque ‘Global Small Engine’, pero aumenta su cilindrada de 1,3 litros a 1,5. Con esta configuración, entrega por sí solo 130 CV.
La transmisión corre a cargo de una nueva caja automática de siete relaciones, con la tracción delantera como única posibilidad. Acoplada a ella se encuentra el propulsor eléctrico, el cual aporta 20 CV adicionales utilizando una intensidad de 48 voltios. Esto, en la práctica, sitúa al e-Hybrid más cerca de los sistemas microhíbridos, pudiendo optar a la etiqueta Eco de la DGT.
Electricidad para optimizar la combustión
A pesar de proceder de la familia común GSE de Stellantis, el motor 1.5 presenta varias modificaciones a fin de lograr la mayor eficiencia posible. La más significativa es el empleo del ciclo Miller, el cual ayuda a minimizar el consumo de combustible.
A falta de enchufe, el propulsor eléctrico recarga su batería mediante un sistema inteligente de frenado que incorpora una función regenerativa. Tanto al pisar el freno como al soltar el acelerador, la energía de la deceleración regresa en forma de electricidad. Por otro lado, el par que genera ayuda a optimizar