Los amantes de los vehículos clásicos saben que tras un coche «viejo» podemos estar ante una joya. Esto es así, aunque no guste a los amantes de la tecnología y, especialmente, a los legisladores y fanáticos del medio ambiente. No es que estemos en contra de proteger y cuidar el mundo, pero creemos que los coches mayores deben tener un espacio seguro que no los humille por hacer uso de motores de combustión interna gastones y contaminantes.
Esta visión del sector, que puede parecer «happy flower», también está llegando a los propios fabricantes. Y para dar con una fórmula que permita a los clásicos seguir viviendo dignamente, tenemos el proyecto Mini Recharged. La casa inglesa, ahora bajo el paraguas protector de BMW Group, ha puesto en marcha una iniciativa para que los Mini clásicos puedan dejar atrás su motor térmico y se pasen al bando eléctrico. Te contamos cómo lo logran…
renderAd(,44162);
El proyecto Mini Recharged conserva el motor térmico por si el propietario se «arrepiente» del cambio…
Básicamente es un proyecto que, manteniendo intacto el estado original del vehículo, reemplaza el motor por un tren motriz eléctrico. Para la ocasión han elegido un motor eléctrico que genera una potencia de hasta 90 kW (122,4 CV). Gracias a él, las prestaciones de estos modelos son destacables, con un paso de 0 a 100 kilómetros por hora en unos 9 segundos. La velocidad máxima, por su parte, no ha sido anunciada.
Con todo, para alimentarlo recurre a una batería de capacidad desconocida. Eso sí dicen que puede cargarse con una potencia de hasta 6,6 kW. En conjunto, la autonomía media homologada está en los 160 kilómetros. Respecto a las sensaciones dinámicas, Mini indica que el tacto a «kart» no se perderá en esta reconversión a eléctrico. De hecho, hacen hincapié en la aceleración instantánea y silencio