El coche que estáis viendo en vuestras pantallas es la nueva Ford Ranger Raptor. Está basada en la nueva generación de la Ford Ranger, y con respecto a la anterior no solo mejora a nivel estético y tecnológico, si no que da un paso adelante considerable en capacidades todoterreno, y un gigantesco salto cualitativo en lo que a mecánicas se refiere. De hecho, será tan capaz que ya no está tan lejos de sus hermanos mayores, los Ford Bronco Raptor y Ford F-150 Raptor. Vamos a descubrir cómo la pick-up definitiva, el rival más fuerte, redobla su ofensiva.
Una presencia imponente, tanto por dentro como por fuera
Con la nueva generación de la Ford Ranger Raptor, Ford Performance ha querido imprimir, de nuevo, un carácter agresivo, masculino y musculoso. El frontal de la pick-up deja ver en su calandra negra la palabra «Ford» y sus formas más angulosas recuerdan claramente a su hermana mayor, la Ford F-150. El coche está visiblemente ensanchado, y sus pasos de rueda están muy abultados. Su estética agresiva no es solo fachada, esconde un tren de rodaje que poco tiene que ver con el de otras Ford Ranger y que desgranaremos más tarde.
El color Code Orange es muy llamativo, y fue estrenado por la Ford F-150 Raptor.
Las llantas de 17 pulgadas están envueltas, de serie, en neumáticos todoterreno de 33 pulgadas. Unas enormes estriberas metálicas protegen los flancos, mientras en la zaga puede leerse Raptor a tamaño XXL. Su estética es absolutamente brutal, y te garantiza no pasar desapercibido en ningún lugar. En el interior encontramos una combinación de colores similar al exterior, con unos asientos deportivos desarrollados por Ford Performance, un volante deportivo específico, y acentos en color naranja, tanto en tapicería como en el salpicadero.
Es un habitáculo muy tecnológico, con una instrumentación digital de