A día de hoy, los vehículos 4×4 están entre nosotros. Rara es la marca que no ofrezca esta característica en sus modelos. Pero, como en todo, algún modelo tuvo que ser el primero que se fabricara de manera masiva con este tren de tracción. Ese honor, el de ser el primer autómovil con tracción 4×4 de producción en serie, recayó en un vehículo militar, uno que ha pasado a la historia y que se ha convertido en un coche mítico, el Jeep Wyllis.
En la década de 1940 el Departamento de Defensa de Estados Unidos buscaba un vehículo polivalente, ligero, con tracción total y que pudiera moverse en cualquier terreno. Así que Jeep presentó un coche austero, con un diseño que carecía de puertas, tenía un parabrisas abatible. Era capaz de transportar a cinco personas y se podía utilizar de varias maneras. Su motor era de 2 197 cc con cuatro cilindros.
Este bloque ofrecía una potencia de 60 CV y era muy fiable, lo que se necesitaba para el servicio que iba ofrecer. Se probó en el desierto de California e incluso en las escaleras del Capitolio, para demostrar su valía y resistencia, además de sus capacidades trepadoras. Después fue destinado a los lugares más duros, desde la estepa rusa hasta los desiertos africanos. Y en todos esos lugares consiguió superar todos los retos y prestar un servicio sobresaliente.
Durante la II Guerra Mundial se fabricaron 650 000 unidades, que utilizaron tanto los soldados estadounidenses como los británicos y los soviéticos. Estos últimos, por cierto, fabricaron su propia versión, el GAZ-46. Su funcionalidad iba desde convertirse en base para cualquier función que se les ocurriera hasta utilizar su capó como mesa de campaña. De su radiador sacaban agua caliente para asearse y su pequeño tamaño y peso lo convertía en un elemento decisivo para cualquier misión.
La versión civil
Una terminada la guerra, se diseñó una versión civil conocida como Jeep CJ-2. Se añadió más espacio de carga y techo de lona, pero solo se comercializaba con el asiento del conductor y el retrovisor lateral. El asiento del copiloto, el cabestrante, el limpiaparabrisas o las luces traseras estaban disponibles como opción.
La vida de este modelo se prolongó hasta 1986, con sucesivas generaciones y versiones que actualizaban su aspecto, colores de carrocería y equipamiento, pero manteniendo siempre su espíritu. Y cuando llegó el Jeep Wrangler, este fue su sustituto natural. Hoy, el Wrangler tiene una versión híbrida enchufable, sigue manteniendo vivo el espíritu de ese primigenio Jeep y se ha actualizado para seguir siendo un referente en el segmento de los todoterreno.