Dicen que la necesidad es la madre de la creatividad. En la Unión Soviética de los años 80, las ganas de poder disponer de algo más que el típico VAZ 2101 y sus derivados (el famoso Lada/Fiat 124) eran más fuertes que las posibilidades que ofrecía la dictadura soviética.
Con ganas de emular lo que se hacía en Occidente, al otro lado del Telón de Acero más de un aficionado se propuso fabricar su propio coche deportivo y lo logró. Estos son algunos de los ‘superdeportivos’ más conocidos de la Unión Soviética.
El Telón de Acero no era hermético al 100 %. Entre la necesidad de divisas y la curiosidad por saber qué ocurría al otro lado, siempre hubo una muy limitada y tolerada permeabilidad. Sin embargo, en los años 80 esa permeabilidad se fue agrandando.
Y eso, además de provocar inevitablemente el colapso de esos regímenes totalitarios, también avivó la llama del automóvil en más de uno.
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Esa permeabilidad era más evidente en los años 80. Y fue una época en la que muchos decidieron fabricarse ellos mismos un coche con lo que podían encontrar.
Hubo de todo, desde vehículos ultra simplificados a base de un amalgama de todo lo que habían podido encontrar, como usar una sartén a modo de volante, hasta auténticas joyas que evidenciaban esa pasión por