Ante la delicada situación actual de los combustibles fósiles (con precios que no paran de subir), las industrias de la energía y la automoción están trabajando en un plan B. O en varios, como por ejemplo el impulso de los combustibles alternativos.
Entre ellos destaca el HVO o aceite vegetal hidrotratado. Se trata de una alternativa al diésel que ya se comercializa en algunos países europeos como Finlandia y los bálticos (Letonia, Lituania y Estonia).
De la cocina a los motores
El HVO (Hydrotreated Vegetable Oil, en inglés) es un gasóleo alternativo obtenido a partir de aceite reciclado y grasas naturales, procedentes principalmente de fuentes como el aceite de cocina usado.
Este aceite se recoge directamente del sector hostelero (hoteles, bares y restaurantes) y de los puntos limpios de las ciudades, donde se suele depositar el que se consume en hogares y otros negocios.
Los aceites recuperados se someten a un tratamiento químico que utiliza hidrógeno como catalizador, dando como resultado un biocombustible muy similar químicamente al diésel y de origen renovable.
Dependiendo de su formulación, el HVO puede utilizarse por sí sólo (lo que se denomina HVO100) o puede ser necesario mezclarlo siempre en el depósito con una mínima cantidad de gasóleo convencional.
Beneficios e inconvenientes
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