El precio del petróleo vuelve a subir. Tras un breve periodo de tregua, el precio del barril de Brent ha vuelto en torno a los 115 dólares, con un pico a 120 dólares. La tendencia es de nuevo al alza. Y con ello, los precios de la energía, de la gasolina y de casi cualquier producto en general van a subir.
Unos precios altos de la energía y del transporte llevan a la inflación, pero también advierten algunos analistas, un elevado precio sostenido en el tiempo o una mayor alza en su precio, llevaría a una destrucción de la demanda. Y eso, es tan negativo para el ciudadano como un precio alto y la inflación que eso conlleva.
¿Qué es la destrucción de la demanda?
En economía, la destrucción de la demanda se refiere a una disminución permanente o sostenida de la demanda de un determinado bien en respuesta a la persistencia de precios altos o a la limitación de la oferta.
La destrucción de la demanda se produce cuando un periodo de precios altos o de oferta restringida hace que los consumidores cambien permanentemente su comportamiento.
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Esto da lugar a una reducción de la demanda de un bien incluso después de que la oferta del bien aumente y/o su precio baje. Este fenómeno se asocia generalmente a la demanda y los precios relacionados