El precio del combustible en las gasolineras está por las nubes. Y por eso todas las miradas están puestas sobre el precio del barril de petróleo. Pero no es el único, el gas también ha subido. Paradójicamente, muy pocos se fijan en la escasez de diésel y sus derivados, como el gasóleo de calefacción y el keroseno.
«Europa importa cerca de la mitad de su gasóleo de Rusia y la otra mitad de Oriente Medio», explicó Russell Hardy, jefe del comerciante de petróleo suizo Vitol. «Ese déficit sistémico de gasóleo está ahí». Y si no se pueden compensar esas importaciones de otra forma, advirtió que “el racionamiento es una posibilidad”.
De todos los derivados del petróleo, el gasóleo es el que más puede hacer descarrilar nuestra economía por su hegemonía en el transporte (movilidad y mercancías) y la calefacción, recuerda el experto en economía de las energías Laurent Orvath.
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