Hacer negocios con un dictador puede ser una operación lucrativa… salvo si lo que se vende son coches. Volvo lo aprendió de forma amarga con Corea del Norte y Chevrolet solo consiguió salvar los muebles cuando en los años 80 le vendió 12.500 unidades del Chevrolet Malibu a Saddam Hussein.
Una venta valorada en 200 millones de dólares

No está muy claro cómo llegó General Motors a firmar un contrato de 25.500 coches a Iraq cuando en esa época Estados Unidos había impuesto bloqueo económico al país.

Consideraba que Sadam Hussein y su partido Ba’ath apoyaban acciones terroristas. Con el tiempo y nuevos intereses geopolíticos en la región, las relaciones entre Estados Unidos y Hussein serían más amistosas, hasta que terminaron como terminaron.

En Motorpasión

El coche de gasolina no morirá cuando lo prohíban: el coche eléctrico aún tiene muchos retos por delante

Iraq quería oficialmente esos coches para constituir una flota de taxis y de vehículos gubernamentales. Pero General Motors no se los vendería directamente ya que como empresa estadounidense no podía hacerlo.

Sin embargo, General Motors poseía una factoría en Oshawa, provincia de Ontario, que fabricaba los Malibu. Sería su filial canadiense quien vendería los coches a Iraq.

Para el gigante de Detroit era un negocio redondo. Vendía los coches, no sufría sanciones (solo repatriaba los beneficios de su filial canadiense) y su fábrica canadiense ganaba un nuevo pedido. Era una venta valorada en más de 200 millones de dólares estadounidenses actuales.

http://www.motorpasion.com/

Podcast también disponible en PocketCasts, SoundCloud, Spotify, Google Podcasts, Apple Podcasts, and RSS.

El podcast

Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.

Acerca del podcast