La gradual subida en el precio de los carburantes que experimentan los consumidores desde mucho antes de la invasión de Rusia a Ucrania ha llevado a sectores como el de las estaciones de servicio a pedir una reducción de los impuestos de los carburantes.
Una medida que ya han tomado varios países europeos y que sin embargo, alerta el grupo de presión Transport & Environment (T&E), conducirá a una rebaja poco equitativa entre los conductores con más y menos ingresos, beneficiando en mayor medida a los primeros.
Cuando una rebaja del IVA no se traduce en una bajada de precios: Alemania como ejemplo
El estudio de T&E advierte de que una rebaja en los impuestos al combustible canaliza los beneficios hacia los más ricos.
Así, el 10 % más rico de los conductores recibirá ocho veces más en recortes de impuestos sobre el combustible que los más pobres, en promedio, porque consumen mucho más combustible al conducir vehículos más grandes, explican.
«Un recorte de 15 céntimos en el impuesto sobre el combustible durante seis meses reducirá la factura del conductor de un BMW X5 en 300 euros en comparación con los 85 euros de un conductor de Citroën C3. Mientras tanto, las personas que usan el transporte público no reciben nada».
También, advierte el grupo ecologista, las compañías petroleras ajustarán sus precios para compensar una parte de la reducción de impuestos. Es decir: la bajada de impuestos no se traduce en una baja de precios.