La quinta generación de uno de los modelos más populares de Mercedes, el clase C, ha llegado con un salto tecnológico importante. Ya por fin lo hemos podido tener en nuestras manos y podemos decir que la popular berlina Alemana promete y mucho.
En la prueba de hoy estaremos probando el Mercedes Clase C con la mecánica nombrada como 220D, es decir, un motor diésel de 2.0 litros con 200 CV y 440 Nm de par. El acabado de la unidad que vais a poder ver es el AMG tanto en el exterior como interior.
Diseño elegante y deportivo
renderAd(,44162);
La nueva generación del Clase C mantiene un diseño elegante pero que con este acabado AMG le da un aspecto de deportividad perfecto, ni mucho ni poco. Algo bastante común en la firma Alemana.
Comenzando con la parte frontal, destaca la nueva parrilla delantera con un diseño de estrellas, haciendo así similitud al logo de Mercedes, un parachoques muy logrado con unas llamativas tomas de aire y un grupo óptico full led que en esta ocasión se le ha dado el nombre de Digital Light.
Si continuamos hacia la parte lateral, vemos unas vistosas llantas en 19 pulgadas en doble medida, 225/45 en el eje delantero y 255/40 en el eje trasero. También podemos apreciar unos faldones que le dan un toque más deportivo, las manetas de las puertas en cromado a juego con los marcos de las puertas y el techo en color negro debido a que esta unidad cuenta con techo solar practicable.
Ya en la zaga, apreciamos un grupo óptico perfilado también full LED, unas salidas de aire en la zona lateral del parachoques que por cierto, son falsas y unas teóricas salidas de escape en color cromado que solamente sirven para darle una apariencia más deportiva, ya que no son reales.
El interior es