El Seat Ibiza ha sido el máximo representante de la marca de Martorell en las cuatro últimas décadas. Cierto es que ahora el Arona le supera en volumen de ventas anuales, pero el Ibiza sigue siendo con diferencia el coche más vendido en la historia de la marca con más de 6 millones de unidades. Sí, incluso más que el mito, el Seat 600.
Este utilitario fabricado en Barcelona presentó su quinta generación en 2017, acumulando ya unos cuantos años. Por ello, en la segunda mitad del pasado 2021 actualizaron el modelo con un restyling, introduciendo mejoras de equipamiento y leves variaciones estéticas. En este caso probamos el Seat Ibiza 1.0 TSI de 110 CV con cambio manual, una de las opciones más interesantes.
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¿De verdad es un restyling? Los cambios son mínimos
No es sencillo encontrar notables diferencias del actualizado Ibiza con las variantes pre-restyling. Hay que tener en cuenta que esta unidad está configurada con el nivel de acabado Xcellence, el más elegante, que Seat ha dejado de comercializar hace apenas unos días en este modelo con el objetivo de reducir sus emisiones de CO2.
Lo que sí es importante mencionar es que todos los Ibiza ya traen iluminación “Eco LED” de serie, siendo Full LED en las terminaciones superiores.
Lo cierto es que hay que ser muy observadores para distinguir entre las versiones anteriores y las actualizadas, fijándose en detalles concretos como el diseño de algunas llantas nuevas, la inscripción manuscrita del nombre del modelo en el portón o el nuevo logo de la marca SEAT, con terminación mate en la zona central y brillante en los bordes.
Como es lógico, las dimensiones exteriores tampoco cambian, manteniéndose en 4,06 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,44 de alto, con una batalla de 2,56 metros. Por si aún quedaba alguna duda, el Seat