Tras ver la fiebre de los Porsche 911 Safari, que culminó con una creación de Singer, y algún que otro Ferrari o Lotus Elise convertidos en ese estilo, Delta 4×4 también ha ideado un coche para aventuras y acampadas en el monte o el desierto. En este caso la preparación está pensada para uno de los coches más lujosos del mundo, el Rolls-Royce Cullinan.
Hubo un tiempo en que a la hora de personalizar un coche la tendencia era calzarle unas enormes llantas de diseño y tirarlo al suelo. Desde hace unos años, la tendencia es hacer exactamente lo opuesto. Partir de un coche que a priori no tiene nada de todoterreno y convertirlo en un coche listo para correr una Baja o partir a la aventura. O al menos, hacer que lo parezca.
Y si además, encima del coche hay hueco para un tienda de campaña, tenemos combo ganador para la práctica de lo que los anglosajones llaman “overlanding”.
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O lo que es lo mismo, ir de acampada con el coche a zonas más o menos remotas (el término se originó en Australia como una palabra para describir el pastoreo del ganado a través de grandes distancias, abriendo nuevas rutas y descubriendo nuevos terrenos).
Una preparación que cuesta lo mismo que un piso