La carrera por crear vehículos eléctricos cada vez más capaces y con más funcionalidades hace que las marcas presenten nuevos modelos. China es un mercado muy dinámico y uno de los escenarios donde se está jugando a esta carrera por la tecnología. El último modelo presentado ha sido el BYD Seal, un vehículo que se adelantó el año pasado y que ya es realidad.
El modelo se basa en la plataforma e-platform 3.0, que acoge a varios modelos eléctricos. El nombre sigue en consonancia con el resto de modelos eléctricos de la compañía, que reciben nombres derivados de la fauna marina, como el Dolphin o de buques de guerra en el caso de los modelos híbridos enchufables, como el Destroyer.
Un modelo deriviado del concepto
Las diferencias entre el modelo conceptual y el coche de producción están ahí, pero este mantiene una imagen actual y moderna. Mantiene las luces LED. Tiene líneas redondeadas, lo que ayuda a acercar su imagen a lo que el comprador espera de un coche eléctrico. Su tamaño ofrece unas cotas de 4.800 mm de largo, 1.875 mm y 1.460 mm de ancho. La distancia entre ejes es de 2.920 mm ofrece un buen espacio interior y permite viajar con comodidad.
Es un poco mayor que el Tesla Model 3 y en la línea de otros modelos similares. Como tren motriz, utiliza un motor eléctrico de 150 kW en la versión de entrada y de 230 kW, equivalentes a 200 y 308 CV, aunque el tope de gama ofrece tracción en los dos ejes. Este ofrece un motor de 160 kW en la parte delantera y otro de 230 Kw en la parte trasera.
Con estas cifras, la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en 3,8 segundos. En cuanto a la batería, se trata de una Blade 800 V que ofrece una autonomía de hasta 700 kilómetros. No está mal, teniendo en cuenta que el peso del coche es de entre 1.885 a 2.150 kg.
Una de las cosas que ha sorprendido es que el BYD Seal no estará limitado al mercado chino, sino que llegará a Australia bajo la denominación Atto 4. No se descarta, pues, que llegue a otros mercados en un tiempo, posiblemente, también a Europa.