Desde hace tiempo, los motores diésel están sufriendo el acoso de las administraciones por no considerarlos aptos para su uso por ciudad. Se cree que son demasiado contaminantes y se intenta retirarlos del tráfico. Aunque ya sabemos que no es así y que los motores de gasolina son bastante más contaminantes, gracias a todos los elementos que equipan los coches diésel, hay empresas que trabajan para convertirlos en vehículos más sostenibles.
La empresa alemana Keyou está trabajando para reconvertir a vehículos diésel en vehículos que funcionen con hidrógeno. Para eso modifican el motor diésel y le permiten funcionar con hidrógeno, un combustible que no produce más emisiones que el vapor de agua. Los vehículos que han sufrido esta transformación han sido un autobús de 12 metros y un camión de 18 toneladas.
Una empresa que busca la movilidad sostenible
Keyou está dirigida por un ex-empleado de BMW que ha trabajado con la marca para conseguir la movilidad con hidrógeno. Hay que recordar que los ingenieros de la marca alemana consiguieron hacer funcionar varias unidades del BMW Serie 7 e65, que utilizaron el hidrógeno para mover el motor V12, que ofrecía 265 CV, una potencia inferior a lo que aporta con gasóil.
El hidrógeno puede ser utilizado como forma de producir electricidad y mover un motor eléctrico, pero también como combustible. Esta es una alternativa que se está utilizando en varios modelos compactos en la actualidad e incluso está trabajando para presentar dentro de unas semanas un coche que utiliza este sistema sostenible.
La marca francesa está trabajando en un coche que funcionará con hidrógeno y que estará listo para ser presentado el día 19 de mayo, con motor convencional.
En lugar de utilizar la energía eléctrica que se provoca por el cambio químico del hidrógeno para alimentar el motor eléctrico, se ha modificado el motor de 7,8 litros que utilizan estos dos vehículos pesados. La potencia que ofrece con el hidrógeno es de 272 CV y se prevé comenzar pronto las pruebas en condiciones de tráfico real. Su autonomía se prevé que será de 500 kilómetros y tendrán una vida útil de 700.000 kilómetros.
El uso del hidrógeno como combustible permite su uso de manera normal, aunque sin emisiones contaminantes. Lo importante es que el hidrógeno se haya conseguido a través de métodos sostenibles, de manera que su huella medioambiental sea totalmente neutra.