Ha sido la noticia financiera del año y puede que hasta de todo el siglo. Elon Musk, propietario de Tesla, se ha hecho con el control total de la red social Twitter. Puede que muchos no alcancen a entender la importancia de esta adquisición pero basta decir que, tras abonar los 44 mil millones de dólares que supone la transacción, el ejecutivo podrá hacer y deshacer en ella a su antojo y sin que nadie le diga cómo. Por tanto, será su dueño exclusivo…
De entrada, Musk ha anunciado que quiere ser transparente y que mejorará el funcionamiento de Twitter. Y no le llevaremos la contraria, pero cuando estudiaba en la universidad una profesora me decía: «La información es poder». Y claro, teniendo en cuenta el impacto que tiene la red social del pajarito en el sector del automóvil basta con sumar 2 + 2 para entender que haya cierto revuelo. Como por ejemplo que Henrik Fisker cierre su cuenta.
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Henrik Fisker quiere ser libre y que ningún rival controle ciertos datos de su marca…
Por si no lo sabíais, la relación entre Henrik Fisker y Elon Musk viene de lejos. Tanto, como que corría el ya lejano año 2007 y el diseñador pasó a formar parte de la casa de Musk para el diseño del Model S. Sin embargo, poco más tarde la dejó para fundar la suya propia y fue denunciado por supuestamente robar información confidencial del desarrollo. Eso se solucionó a su favor poco después, pero la suerte de uno y otro sería diferente, llegando hasta hoy.
En estos momentos Musk es dueño de un imperio económico e industrial de incalculable valor. Y no solo eso, es uno de los fabricantes de coches eléctricos más punteros del mundo. Por su parte, Fisker está intentando arrancar con su nuevo proyecto y de