Los sueños de conducción autónoma de Elon Musk pueden sufrir un importante revés en los próximos meses. Según recoge Bloomberg, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) mantiene abiertas dos investigaciones formales sobre el Autopilot de Tesla.
En función del dictamen de este organismo la firma californiana podría verse obligada a restringir el funcionamiento de este sistema, llamando incluso a revisión a todos los Tesla equipados con él.
Un potencial golpe de reputación
El interés de la NHTSA por el Autopilot se apoya en sus resultados de siniestralidad que, desde 2016, recopila varios accidentes con víctimas mortales donde este dispositivo fue determinado como el principal causante.
Del mismo modo, YouTube y otras redes sociales están pobladas de vídeos donde los propios dueños muestran cómo este sistema realiza maniobras repentinas dirigiéndose contra otros vehículos, contra elementos del mobiliario urbano o directamente fuera de la carretera.
Hasta ahora, Tesla ha optado por no contribuir a la polémica, limitándose a actualizar periódicamente el software del sistema y a recordar que, aun con el Autopilot en funcionamiento, sigue siendo necesario que el conductor se mantenga atento y con las manos sobre el volante.
Pero la jurisprudencia no favorece a Tesla. En los últimos tres meses, la marca se ha visto obligada a emitir hasta 11 llamadas a revisión por orden de la NHTSA, a fin de subsanar defectos