El Hyundai i30 es ya un modelo muy conocido dentro del segmento C, aunque en el día de hoy estaremos con la mecánica más aspiracional y pasional, el i30N. Llega con un facelift en el que se han mejorado varios componentes mecánicos, estéticos y tecnológicos.
En la prueba de hoy estaremos con el i30N Fastback con el motor 2.0 litros de 280 CV y con la gran novedad, la caja de cambios automática de doble embrague DCT. Cabe decir que se sigue comercializando con caja de cambios manual de 6 relaciones y con otra motorización ligeramente inferior de 250 CV.
Diseño simple y no demasiado agresivo
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Si hablamos de su estética, no es un modelo que resalte un diseño llamativo o agresivo, cuenta con líneas muy sutiles y suaves. Sí es verdad que tiene ciertos detalles específicos para hacerlo más deportivo pero nada descabellado.
En la parte frontal resalta una parrilla delantera en la que se deja ver la denominación N, el nuevo grupo óptico full LED, un parachoques con entradas de aire funcionales en las zonas laterales y en la parte inferior se deja ver un pequeño lip con una línea roja que lo recorre de punta a punta.
Si continuamos hacia el lateral, podemos destacar las llantas forjadas en 19 pulgadas con medida 235 en perfil 35, unas taloneras específicas y unos retrovisores en color negro brillo para hacer mayor contraste.
Ya en la zaga, vemos un llamativo spoiler en negro brillo, un difusor trasero muy deportivo con la luz de antiniebla en forma triangular y dos enormes salidas de escape que además hacen que suene muy bien este i30N.
Interior sin grandes lujos en el Hyundai i30N
En el interior del i30N no encontramos tanta tecnología como últimamente tenemos. Se caracteriza en plásticos blandos en gran parte del habitáculo junto a plásticos duros en la