Conforme aumentan las ventas de vehículos eléctricos, surge la preocupación por dimensionar adecuadamente la infraestructura de recarga. Un reciente estudio de Allianz Trade sugiere que la Unión Europea aún debe aumentar sus esfuerzos en este apartado.
En la actualidad, la UE invierte cada año 13.400 millones de euros en la creación y renovación de puntos de carga. Pero según este estudio, si Bruselas quiere cumplir con sus objetivos de reducción de CO₂ debe añadir anualmente 4.000 millones de euros más hasta 2030.
Evitar la escasez de litio, la otra clave
Bajo el título ‘US and European EV outlook: Driving the energy transition’, el informe recalca el papel que deberán desempeñar los gobiernos para hacer frente a las principales preocupaciones de los usuarios de vehículos eléctricos, como lo son el estado de las infraestructuras de recarga o los costes de electrificar su movilidad.
Y es que si bien el gasto mundial relacionado con la automoción eléctrica creció por encima del 75 % en 2021, la mayor parte de estas inversiones se destinaron a ofrecer ayudas para la compra de vehículos, quedando las infraestructuras en un segundo plano.
Una situación que, en opinión de los autores del informe, debe rectificarse atendiendo a aspectos clave como simplificar las normativas para acelerar la construcción de los cargadores o mejorar la red eléctrica existente para garantizar la cobertura de la demanda energética. Asimismo, es necesario amortiguar en lo posible los costes ya que, según sus datos, en Europa instalar un cargador de 350 kW puede costar más de 100.000 euros.