Tesla es una marca odiada y adorada a partes iguales. No hay termino medio. Y en buena medida es algo que debemos a su omnipresente CEO, Elon Musk. Tanto que el hombre se confunde ya con la marca.
Hay que reconocer que la marca es disruptiva en más de un nivel y tiene ahora la envidiable posición de ser LA marca de coches eléctricos. En 2021, vendió casi un millón de coches y no paran de abrir nuevas fábricas, de Texas a Berlín.
Sin embargo, Tesla a través de Elon Musk, también ha hecho promesas que no se han cumplido y en las que las marcas históricas, tan menospreciadas por Musk, le han adelantado por la derecha.
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Una de las razones por las que Elon Musk hace promesas que quizá después no se cumplan es por una mera cuestión de marketing. Se habla de la marca, del producto y de productos derivados. Es verdad que algunas veces lo que expresa son deseos o trolleos, alentado por su legión de fans incondicionales en lo que se ha convertido en el departamento de prensa de la marca: Twitter.
El problema es que es tan