Noruega es el país con mayor penetración del coche eléctrico y donde el diésel está abocado a la muerte. Sin embargo, este ‘sueño eléctrico’ está construido sobre exenciones fiscales que han hecho que la recaudación de impuestos baje notablemente.
Ahora, según recoge The Local, al ministerio de transporte del país le preocupa que el transporte público esté perdiendo terreno frente a los vehículos de bajas emisiones, por lo que se plantea retirar las bonificaciones sobre los coches eléctricos.
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Además de registrarse una reducción de ingresos en el transporte público durante la pandemia, se está notando una bajada de ingresos en los peajes, donde los vehículos eléctricos pagan tarifas más bajas que los de combustión.
«La pérdida de ingresos por tráfico de los peajes dificulta la inversión en proyectos de infraestructura, mientras que el mal desempeño del transporte público podría generar recortes», ha dicho el ministro de Transporte, Jon-Ivar Nygard en declaraciones recogidas por The Local.
Nygard aboga por impulsar otros medios de transporte además del público, y anima a usar la bicicleta o caminar. Actualmente, con la compra de un coche eléctrico no se paga IVA ni impuesto de matriculación, un agujero