El efecto suelo es un fenómeno aerodinámico que se da en algunos coches deportivos con fondo plano y difusor, o en muchos monoplazas de competición, donde se busca este efecto para hacer que el paso por curva sea a una velocidad muy superior. De esa forma, la adherencia se ve mejorada de una forma considerable y, sobre todo, lo más importante es que no afecta negativamente en otros sentidos, como sí lo hacen los demás elementos aerodinámicos que buscan hacer lo mismo.
Qué es el efecto suelo
La adherencia de un neumático con el asfalto o pavimento depende de los propios neumáticos y también de la carga ejercida sobre las propias ruedas. Una forma de aumentar dicha carga sin tener que agregar más peso al vehículo es usar elementos aerodinámicos o el famoso efecto suelo. Gracias a él se consigue aumentar la carga y mejorar la adherencia del vehículo sin tantos inconvenientes como otros elementos aerodinámicos que puedan generar drag o resistencia aerodinámica.
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El efecto suelo es el fenómeno que se produce cuando aumenta la velocidad del aire que circula por los bajos de un vehículo. La reducción de la distancia entre la parte inferior del vehículo y la carretera provoca el efecto suelo, que se utiliza ampliamente en los deportes de motor para aumentar la carga aerodinámica. Los deportes de motor son el único lugar donde se utiliza el efecto suelo para crear zonas de alta presión en la parte superior del vehículo y zonas de baja presión en la parte inferior.
El resultado es que el vehículo es atraído hacia la carretera, gracias a la depresión que se produce, lo que tiene ciertas ventajas en otros contextos. En el mundo del motor, el efecto suelo es muy utilizado, sobre todo en vehículos de alta competitividad y deportivos con características de alta gama,