Hace unos años un buen amigo me hizo esta reflexión: «Todos los coches que se venden hoy día parecen iguales. Son electrodomésticos con ruedas». Yo me eché a reír y le dije que sí, que las marcas habían estandarizado muchísimo los procesos de producción y en muchos casos habían perdido parte de su identidad. Todo ello sin entrar en faena ya que «la culpa» de que todos sean tan parecidos la tiene la proliferación de las plataformas modulares ¿Sabes qué son?
Por resumir y simplificar mucho: Son los cimientos de un coche y mientras más flexible y escalable sea más fácil será de aplicar a todo tipo de vehículos. Uno de los ejemplos más notorios y conocidos lo tenemos en la plataforma MQB que el Grupo Volkswagen lanzó al mercado en el año 2012 sobre el Golf VII. Ahora esta base cumple una década de vida y, además de extenderse a todo el consorcio bávaro, cuenta con derivaciones más pequeñas y baratas.
renderAd(,44162);
Sobre la plataforma MQB del Grupo Volkswagen se han fabricado en una década más de 32 millones de vehículos…
Antes de explicar cuál es el hito que celebra la plataforma MQB te contaremos la razón de su nacimiento. Con ella el Grupo Volkswagen «jubiló» las tres bases para vehículos pequeños y medianos que articulaban las gamas de sus respectivas marcas. Se trataba de las PQ25 (Ibiza, Polo o Fabia), PQ35 (León, Golf, Octavia o A3) y PQ46 que era una derivación de la anterior y que se extendía por modelos como los Alhambra, Passat CC, Superb o Sharan.
En resumen: sobre una única plataforma desarrollaría los mismos modelos que antes necesitaban tres. El ahorro en costes y la estandarización de los procesos productivos redundaría en una rentabilidad unitaria que la haría rentable en un puñado de unidades. Pues bien, ahora se cumple