Hubo un tiempo en el que los monovolúmenes estaban de moda, casi tanto como ahora los SUV. De hecho la fórmula llegó a extenderse a prácticamente en todos los segmentos del mercado, lo mismo que ha sucedido con los SUV.
En 2006, Ford se atrevió a ir un poco más allá con una propuesta diferente al lanzar al mercado la primera generación del Ford S-MAX. Se trataba de un vehículo que mantenía el diseño y la versatilidad de un monovolumen grande, como el Ford Galaxy que la marca del óvalo ya tenía en su catálogo. Pero con una carrocería de menor altura y un chasis que permitiera ofrecer sensaciones de conducción menos alejadas de las clásicas berlinas, y pudiera atraer a esos padres de familia que necesitaban espacio, pero no querían renunciar a las cualidades dinámicas de un coche convencional.
La fórmula no solo funcionó a las mil maravillas, sino que hoy en día sigue plenamente vigente, a tenor de los resultados que ofrece el Ford S-MAX Hybrid. Lo sorprendente es lo bien que está aguantando un coche que tras la actualización recibida en 2010, vio llegar su segunda generación en 2015, sobre la que está basado el coche que hoy nos ocupa, tras la última puesta al día realizada en 2021. Otra cosa es que la “fiebre SUV” siga causando furor, y las ventajas de los monovolúmenes pasen a menudo a un segundo plano.
Pero si lo que necesitas es un coche para una utilización principalmente familiar, con mucho espacio para el equipaje y versatilidad de uso a la hora de configurar el habitáculo, capaz de transportar tres niños en sus respectivas sillas infantiles o incluso eventualmente a siete pasajeros, la propuesta que ofrece el Ford S-MAX Hybrid no tiene rival en el mercado. Estos son los motivos.
1.- El único monovolumen híbrido de su clase
No busques más: el Ford S-MAX es el único monovolumen de este tamaño con sistema de propulsión híbrido no enchufable -y por lo tanto con etiqueta ECO de la DGT– que se comercializa en nuestro mercado con sus características. Vale, también está el Ford Galaxy Hybrid, que tiene un planteamiento todavía más familiar.
Pero puestos a elegir me quedo con el S-MAX, que no solo tiene un precio inferior al del Galaxy (6.000 euros menos con precios de tarifa, unos 3.000 euros menos aplicando todas las ofertas), sino también un comportamiento mucho más dinámico sin renunciar al espacio o a la versatilidad. Otras alternativas interesantes entre los monovolúmenes son el Renault Espace o el Seat Alhambra, pero tampoco llegan al dinamismo del S-MAX y no ofrecen versiones híbridas.
El S-MAX se ofrece con cuatro versiones de acabado, y con interesantes descuentos de entre 9.000 y 10.000 euros, incluyendo la oferta comercial y financiando la compra con la marca. Con los descuentos aplicados, los precios según el configurador de la marca son los siguientes:
- S-MAX Hybrid Trend: 33.890 euros
- S-MAX Hybrid Titanium: 35.875 euros
- S-MAX Hybrid ST Line: 37.530 euros
- S-MAX Hybrid Vignale: 42.315 euros
Aunque las versiones Trend ya vienen muy bien equipadas, nuestra recomendación en un coche como este es partir del acabado Titanium, mucho más completo. Los ST Line aportan un plus de equipamiento y de deportividad al que es difícil de resistirse.
2.- Un monovolumen con hasta siete plazas y mucho maletero
De serie, el Ford S-MAX viene con tres filas de asientos y siete plazas, aunque se puede solicitar con cinco plazas, lo que rebaja la factura casi 800 euros. Esta última fila puede ser un argumento para muchos. Pero incluso aunque creas que no la necesitas, te recomiendo que no prescindas de ella. Mientras están plegados ni te enteras que llevas estos dos asientos adicionales, pues quedan perfectamente enrasados con el piso. Y nunca se sabe cuándo puedes tener que hacer uso de ellas, aunque sea para recorridos cortos en los que podrías ahorrarte mover dos coches.
Es cierto que en esta tercera fila no hay mucho espacio, pero son aprovechables por personas de talla media, salvada la dificultad que supone acceder a ellas. Desplegarlos y plegaros es muy sencillo, y aunque se pierden unos 70 litros de maletero en la configuración de 5 plazas respecto al S-MAX con solo dos filas de asientos, los más de 630 litros de capacidad de maletero es una cifra muy buena.
En cuanto a la segunda fila, cuenta con tres asientos individuales que se pueden desplazar hasta 15 centímetros longitudinalmente, además de contar con regulación del respaldo en inclinación. Hay anchura suficiente como para aprovechar los tres anclajes Isofix y montar hasta tres sillas infantiles, y mucho espacio para las piernas si viajan adultos y eligen la posición más retrasada. A diferencia de los asientos de la tercera fila, los de la segunda son desmontables.
Una diferencia a tener en cuenta para los que vayan a tirar de una caravana es que el S-MAX con cinco plazas tiene una capacidad de remolque de 1750 kg, frente a los 1.560 kg en el caso del siete plazas.
3.- El motor híbrido del Ford S-MAX: mínimo consumo
Y llegamos a otro de los motivos que hacen del Ford S-MAX una compra muy recomendable: el funcionamiento de su sistema de propulsión híbrido, que también utiliza el Ford Kuga FHEV, y que se ha quedado como el único disponible en la gama. Algo que no supone en absoluto un problema, pues es capaz de hacer olvidar por completo las versiones turbodiésel con su bajo consumo –vaya, ya me he adelantado-, y ofrece un notable agrado de conducción por suavidad y prestaciones.
Utiliza un motor atmosférico de gasolina de 2,5 litros de 150 CV acoplado a un motor eléctrico de 125 CV con una transmisión que Ford denomina “Power-split”, que funciona con un engranaje planetario. Este tipo de transmisión simula cambios de marcha, aunque en realidad funciona ajustando las revoluciones del motor a la velocidad, como en los híbridos de Toyota. Pero he de decir que el de Ford “disimula” mucho mejor el no tener marchas fijas, y el ruido del motor al subir de régimen no es tan sensible a lo que pises el acelerador
La batería, de 1,1 kWh de capacidad y con refriferación líquida, está situada bajo el piso del maletero. La potencia de sistema alcanza los 190 CV, con un par máximo de 200 Nm.
Lo mejor de este sistema de propulsión, y esto creo que ya lo he dejado caer pero no viene mal repetirlo, es que ofrece una magnífica relación entre prestaciones y consumo. Diría que incluso sorprendente, para tratarse de un coche que se acerca a las 2 toneladas. Y a esto añade un más que notable agrado de utilización. Sin duda, uno de los mejores motores híbridos del momento en su categoría de potencia.
Las sensaciones son las que os cuento: suavidad y empuje muy agradable desde bajas vueltas, con una destacada capacidad para ganar velocidad si lo necesitas. Y las cifras confirman que el S-MAX Hybrid va sobrado de prestaciones, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos, y una punta de 185 km/h.
Pero lo mejor son los consumos, con una media durante nuestra prueba que se cerró por debajo de los 7 l/100 km: exactamente, 6,9 l/100 km. Ojo, que hablo de media, practicando una conducción normal y combinando carretera, ciudad y autopista. Si te lo propones, y conduces con mucha anticipación y preocupándote por el consumo, puedes incluso ver medias por debajo de los 6 l/100 km. Sorprendente.
4.- Comportamiento dinámico: un monovolumen que no lo parece
A un coche como este, el confort se le supone. Al fin y al cabo es su principal razón de ser. Y el S-MAX es un coche realmente cómodo a la hora de viajar, por calidad de bacheo, aislamiento del habitáculo, suavidad del motor, confort de los asientos…
Lo que en el caso del S-MAX me parece un plus muy a tener en cuenta es que, además, es un coche con una agilidad en carreteras de curvas que no encontrarás en ningún otro monovolumen de este tamaño, aunque la verdad es que no quedan muchos. No te diré que es lo mismo que una berlina, porque al final vas sentado más alto, y eso se nota; y recordemos que estamos muy cerca de las dos toneladas de peso. Pero en ningún caso el balanceo de la carrocería te cortará el ritmo; lo hará antes el tamaño (son 4,8 metros de longitud y más de 1,90 de anchura), que pasa factura a la hora de maniobrar en espacios estrechos, donde el S-MAX ya no puede disimular que es un coche grande.
En el “debe”, y esto no es achacable a su condición de monovolumen sino al hecho de ser un coche híbrido, el tacto del pedal del freno requiere un cierto período de adaptación, sobre todo cuando no se requieren deceleraciones intensas. La transición entre la actuación de la frenada regenerativa y los frenos hidráulicos hace que el tacto del pedal cambie, a veces cuando estás a punto de detenerte; pero te acostumbras y le acabas cogiendo el “truco”.
¿En qué podría mejorar el Ford S-MAX Hybrid?
Hasta aquí, prácticamente todo lo que hemos contado del S-MAX, ya desde el titular, es positivo. Pero también tiene algún que otro punto débil. A pesar de ser un modelo veterano en su origen, con la última actualización no falla en posibilidades de equipamiento, ayudas a la conducción o conectividad. Sin embargo, los asistentes más avanzados .
El sistema SYNC 3 de Ford, en este acabado ST Line con una pantalla TFT de 10,1 pulgadas, es intuitivo y fácil de manejar; solo se echa en falta que la integración de Android Auto y Apple CarPlay pudiera hacerse de forma inalámbrica, en vez de por cable. El sistema Ford Pass Connect, de serie, permite utilizar la app de Ford para controlar algunas funciones desde un smartphone (cierre centralizado, ubicación del vehículo, etc) y crear un punto de acceso WiFi a bordo, además de ofrecer información en tiempo real como peligros en la ruta o estado del tráfico.
Lo menos “moderno”, por decirlo de alguna forma, es la instrumentación, con gráficos digitales que simulan relojes analógicos, pero poco atractiva visualmente, sin muchas posibilidades de configuración y un poco liosa en ocasiones por la cantidad de información mostrada. A señalar en este sentido que no tampoco existe la posibilidad de elegir un modo en la instrumentación o en la pantalla multimedia en el que se presente el flujo de energía cuando funciona el sistema híbrido, habitual en este tipo de vehículos.
Pero en Ford han diseñado el S-MAX Hybrid para que sea lo más cómodo y sencillo de conducir, independientemente del sistema de propulsión utilizado. Por ello tampoco hay levas en el volante con las que controlar niveles del sistema de recuperacion de energía, únicamente un mando giratorio para elegir las posiciones “D” o “L” (con mayor retención, en este caso mediante un botón en el centro de la ruleta), que invita a seleccinar la “D” y preocuperte solo del volante y los pedales. Muchos lo agradecerán.