Kia continúa imparable en su ofensiva de producto, con coches bien elaborados, alta calidad y un gran nivel tecnológico. Hoy nos ponemos al volante del Kia Sportage, modelo que ha estrenado su quinta generación hace unos meses y que pelea en el segmento de los SUV compactos con contrincantes de la talla del Nissan Qashqai, Seat Ateca o Peugeot 3008 entre muchos otros.
La verdad es que el Sportage ha dado un contundente golpe de autoridad, porque este relevo generacional le ha sentado realmente bien. Como vamos a descubrir a lo largo de esta prueba, destaca por ofrecer una gran relación precio-producto y, también, por contar con una amplia gama de opciones mecánicas. Por si todo esto fuera poco, a Kia parece no afectarle mucho la crisis de los microchips y tienen entrega prácticamente inmediata.
renderAd(,44162);
En esta ocasión probamos el nuevo Kia Sportage en acabado GT Line y con la versión mecánica híbrida de 230 CV. Repasaremos los puntos fuertes del coche, los mejorables, consumos y precios. Os hago un leve spoiler: el Sportage parte de los 24.100 euros, aunque esta unidad cuesta bastante más.
Un vistazo rápido al exterior del Kia Sportage
Como decíamos, estamos ante el acabado GT Line, que es el tope de gama y además dota al Sportage de una imagen más dinámica. Entre otras modificaciones, esta terminación aporta la calandra específica, los múltiples contrastes en negro o unas llantas de 18 pulgadas.
El diseño es muy característico y personal. Como vemos en el frontal, la doble parrilla es muy ancha y da lugar a los faros de LED, también con una disposición muy característica incluyendo la nueva firma lumínica. Por cierto, en el borde del capó aparece el nuevo logo de la marca surcoreana.
Del lateral podemos destacar las molduras inferiores en negro brillante, que como ya hemos dicho es el