El Skoda Karoq llegaba al mercado en 2017 con muy buenas aptitudes para pelear en el segmento de los SUV compactos. No se le ha dado nada mal a este todocamino de la marca checa, pues rápidamente se convertía en uno de los caballos ganadores de Skoda junto a su hermano pequeño, el Kamiq.
Ahora, el Karoq recibe un restyling que lo actualiza para afrontar los próximos años con aire fresco. Para comprobar sus cambios y qué tal se comporta la marca nos ha invitado a su presentación nacional. Así que, sin entretenernos más, nos abrochamos el cinturón y comenzamos la prueba de este Skoda Karoq 2022.
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Estas son las novedades en el exterior
Como decía, se trata de una actualización y no de un relevo generacional, por lo que las variaciones tampoco son enormes. Empezando por el diseño exterior, el Skoda Karoq mantiene sus principales rasgos característicos, pero afila su imagen. Más aún en este acabado Sportline, el tope de gama.
Por ejemplo, vemos que los faros delanteros han sido revisados y ahora están disponibles con tecnología Full LED matricial. También ha variado ligeramente su parrilla, ganando anchura y presencia, y los parachoques, mientras que se han introducido nuevos diseños de llantas y el alerón posterior ha sido modificado, al igual que los pilotos traseros.
Estos cambios no sólo se han llevado a cabo para refrescar su diseño, sino también para mejorar su aerodinámica, lo que repercute directamente en el consumo de combustible. Sí, concretamente el coeficiente aerodinámico se ha reducido de 0,32 a 0,30, bajando de media 5 gramos las emisiones de CO2.
Y en cuanto a dimensiones, el Skoda Karoq varía ligerísimamente su longitud debido a los nuevos paragolpes, pero nada destacable. Para saber si os cabe bien dentro del garaje, mide 4,39 metros de largo y 1,84 de ancho, con 2,63 metros