Básicamente, las averías que afectan al sistema de frenos pueden estar relacionadas con los discos, las pastillas, las pinzas, el circuito hidráulico o el sistema antibloqueo de frenos ABS. Si tu coche tiene un mantenimiento correcto, con las verificaciones que realizan en la ITV normalmente es fácil detectar un problema en los frenos. Pero si notas cosas «raras» en el pedal, puede existir una avería que hay que solucionar de inmediato. Estos son los problemas más frecuentes y las averías que presentan los sistemas de frenos.
1.- Pastillas cristalizadas o sucias
Muchos coches tienen un indicador de desgaste de las pastillas de frenos, que avisa con un testigo en el salpicadero de que ha llegado el momento de cambiarlas. Pero no en todos es así, por lo que conviene realizar inspecciones periódicas. Sin embargo, un fallo muy frecuente en los frenos es el que provoca la presencia de suciedad en las pastillas, normalmente grasa o aceite, así como su cristalización, en función de la calidad de las mismas y el trabajo al que se someten. Esto es muy fácil de detectar, pues el tacto del pedal se endurece claramente, aunque también puede ocasionar un tacto duro el mal funcionamiento del servofreno, o daños en los discos. Mucho ojo con las pastillas desgastadas, porque si apuras, puede que tengas que cambiar también los discos de forma prematura.
2.- El circuito tiene burbujas de aire o hay obstrucciones
En este artículo hablábamos de la importancia de sustituir el líquido de frenos cuando indica el fabricante, algo que muy pocos usuarios cumplen. También contamos qué pasa si no lo cambias. Y es que el líquido de frenos es clave para el buen funcionamiento del sistema. Si el circuito hidráulico tiene alguna deformación en los conductos, por ejemplo debido a los impactos, esto puede provocar que el líquido no fluya correctamente, restando eficacia al sistema. También puede burbujas de aire o de agua en el circuito, lo que provoca la contaminación del líquido de frenos, que pierde sus características y hace que el tacto del pedal se vuelva más esponjoso, disminuyendo la eficacia en la frenada. La solución suele ser un purgado, o la sustitución del líquido si tiene más de dos años.
3.- Discos alabeados: vibraciones y ruidos
Cuando notamos que al frenar se transmite una vibración en el pedal o en el volante es muy posible que los discos de freno se hayan alabeado. Esto suele suceder porque los discos se desgastan, pero también por un funcionamiento irregular en el sistema (pinzas o pistones), o por someter a los frenos a un trabajo excesivo, en el que se han producido cambios muy bruscos de temperatura. Mucho cuidado porque esto puede provocar daños al sistema de la transmisión o la dirección, conviene sustituirlos cuanto antes.
4.- Pinzas y pistones gripados o con fugas
Uno de los mayores enemigos de los pistones del sistema de frenos es la suciedad y el óxido, que puede provocar un mal funcionamiento en las pinzas, con fugas de líquido, o incluso el gripaje de los pistones al quedar bloqueados en su alojamiento. Conducir con las pastillas o los discos desgastados, utilizar un líquido inadecuado o la deformación de los pernos guía debido a una instalación incorrecta o a un trabajo de los frenos con un esfuerzo intenso y prolongado pueden provocar esta avería.
5.- Averías en el ABS
Cuando sucede alguna de las cosas anteriores, es posible que el ABS funcione mal hasta que las solucionemos. Pero también puede ocurrir que el ABS funcione de forma anómala por propios fallos en el sistema antibloqueo de frenos. Por ejemplo, averías en la centralita, que no interpreta correctamente los datos. Otra posibilidad es que sean las propias electroválvulas encargadas de modular la presión las que presenten fallos.. En el caso de los sensores de las ruedas, aunque suelen estar bien protegidos, un golpe o el exceso de suciedad (cuidado si circulas fuera del asfalto) puede afectar a su funcionamiento.