En las ciudades del futuro tendrán cabida edificios inteligentes y sostenibles que sirvan para diferentes usos, y que además, presuman de una arquitectura vanguardista. Ejemplo de ello es el caso de Copenhill, una curiosa planta de conversión de residuos en energía limpia que lleva ya cinco años funcionando en Copenhague (Dinamarca).
También conocido como ‘Amager Slope’ o ‘Amager Bakke’, Copenhill reemplaza parcialmente a la antigua planta de incineración de Amager, que está en proceso de convertirse de carbón a biomasa. Alberga una pista de esquí y snowboard de césped artificial, un rocódromo, una ruta de escalada una cafetería y hasta un afterski. Pero hay más.
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CopenHill, con un diseño de lo más vanguardista y sorprendente, es una planta de 41.000 m2 de conversión de residuos en energía limpia que funciona las 24 horas del día y los 365 días del año para proporcionar anualmente a la ciudad de Copenhague electricidad para 30.000 hogares y calefacción central para 72.000 edificios.
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Aproximadamente el 23 % de los residuos incinerados en Copenhill son generados por los hogares de los cinco municipios a los que pertenece, mientras que el resto son residuos comerciales e industriales. Solo en 2022, la planta convirtió 599.000 toneladas de residuos en calor y electricidad según datos oficiales de CopenHill.