Tras décadas de trabajo, un grupo de investigadores de la Universidad de Deakin (Australia) ha logrado un avance prometedor que podría ayudar a eliminar algunas de las barreras que impiden la adopción generalizada del hidrógeno verde como combustible.
Y es que aseguran haber encontrado una forma de producir, almacenar y transportar grandes cantidades de gas «de forma segura, barata y sin apenas desperdicio”.
El proceso revolucionario se basa en la mecanoquímica y los ingredientes principales de la receta son tres: un molino, bolas de acero y polvo de nitruro de boro: un producto químico de uso habitual, por ejemplo en pinturas, cosméticos y diferentes tipos de cemento dental.
El momento “eureka” después de 30 años de trabajo
Fuente: Universidad de Deakin
Los científicos Ying Ian Chen y Srikanth Mateti, a la cabeza del equipo de investigadores de Deakin, aseguran que su descubrimiento «es un avance trascendental para la comunidad científica».
Además, abre la puerta a nuevas implicaciones del hidrógeno como combustible porque entre otras cosas, “permitirá que las refinerías de petróleo usen mucha menos energía de la que usan actualmente y facilitará el procesamiento de muchos otros gases”.
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