Otra vez volvió a pasar. Ferrari lo tenía todo de cara para que la fiesta fuese completa en el Red Bull Ring, pero se fue de Austria con cierto sabor agridulce. Sí, han enlazado su segunda victoria consecutiva, pero siguen demasiado lejos de Max Verstappen en el mundial en relación al coche que tienen entre manos.
Charles Leclerc arruinó la fiesta de los holandeses en Austria, pero lo que pudo ser un contundente doblete de Ferrari se convirtió en una victoria por la mínima de Leclerc, con los problemas de acelerador acuciando, el Ferrari de Carlos Sainz ardiendo en una escapatoria y Verstappen acechando en cada curva.
Leclerc iría líder destacado sin tanta averías y errores estratégicos
A Ferrari le cuesta horrores ganar una carrera esta temporada. Haciendo cuenta, sin demasiadas pirueta mentales, Leclerc podía haber ganado las últimas cinco. Ha triunfado en Austria, pero es que en Barcelona y Bakú se le rompió el motor yendo primero, mientras que en Mónaco y Silverstone las estrategia de Ferrari le condenaron. Falta Canadá, donde salió último.
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Al principio de la temporada parecía que sería la fiabilidad de Red