Que los nuevos coches de Fórmula 1 iban a ser bien distintos a los anteriores ya lo sabíamos, pero el Gran Premio de Gran Bretaña sirvió para hacerse una buena idea de dónde está ahora la clave del rendimiento de los monoplazas. El antiguo fondo plano ahora está plagado de alerones, y es ahí donde se genera casi toda la carga aerodinámica.
Por eso en Silverstone pudimos ver las dos caras de la moneda. Mientras que Max Verstappen se hundió con el suelo roto, perdiendo una carrera que tenía en el bolsillo, Charles Leclerc volaba aún faltándole todo un endplate del alerón delantero. Y es que hoy en día es más importante no dañar el suelo que cualquier alerón.
Verstappen destrozó la aerodinámica del fondo pasando sobre los restos de un Alpha Tauri
Verstappen iba lanzado a por la victoria. Una vez que Carlos Sainz se equivocó y perdió la primera plaza con el holandés, el campeón se puso en cabeza y comenzó a imponer su ritmo superior. Pero no le duró demasiado, ya que un par de vueltas después repentinamente la velocidad del Red Bull disminuyó.
En Motorpasión
«Stop inventing», o cómo Carlos Sainz guardó el stratego de Ferrari para entrar en una nueva dimensión en la Fórmula 1