Max Verstappen es el rey indiscutible de la Fórmula 1. El campeón del mundo ha dado otra exhibición en Hungría, ganando desde la décima posición en un circuito con la falsa fama de que no se puede adelantar. Verstappen lo ha hecho, con trompo de por medio incluido, y encarrila aún más un mundial que ya está medio sentenciado.
Verstappen es, sin ninguna duda, el mejor piloto de la Fórmula 1. Y si alguien puede evitar que arrase sin piedad en los próximos años desde luego no es Ferrari. Lo que ha hecho el equipo de Maranello en Hungaroring no dista en nada del ridículo, con los dos coches fuera del podio y unas estrategias patéticas que apuntan una vez más al español Iñaki Rueda.
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Parecía que Ferrari tenía la carrera muy bien encarrilada. Aunque ya las liaron en las primeras paradas, amoldando su estrategia a la de Geroge Russell, aún así Charles Leclerc pudo hacer un adelantamiento increíble en pista al británico para ponerse líder de carrera. Parecía difícil que perdiesen la victoria, pero Ferrari lo consiguió.
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