La gama de Hyundai ha evolucionado de forma asombrosa en los últimos años. Y en absolutamente todos los ámbitos. No sólo tienen una de las gamas más completas en términos de coche generalistas, también se ha convertido en uno de los mejores fabricantes de coches eléctricos, como lo demuestran el Hyundai Kona y el Hyundai Ioniq 5.
Además, el gigante coreano también ha lanzado una amplia ofensiva en el segmento de los modelos con pretensiones deportivas, cuando otras marcas parecen haber abandonado esos modelos rebeldes.
Así, la creación de una verdadera gama de modelos deportivos con su sello N no es solamente un éxito en ventas, sino también un aviso a navegantes: Hyundai va a por todas.
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La N ha sido elegida tanto como guiño al lugar de nacimiento de estos modelos vitaminados, el centro de desarrollo de Namyang, en Corea del Sur, como a la pista de referencia para todos, el ‘Nürburgring Nordschleife’, la cual no necesita presentación.
Hyundai disparó primero con el Hyundai i30 N, un modelo compacto de corte old school, capaz de eclipsar en sensaciones a los CUPRA León y Ford Focus ST. Le siguió el Hyundai i20 N, un pequeño utilitario caracterizado por un temperamento más juguetón que el de su hermano mayor, el i30 N. Y como no podía ser de otra