Estamos más o menos acostumbrados a ver cómo en los conocidos ‘barn finds’ o hallazgos de granero pueden aparecer casi todo tipo de coches, también en las casas particulares, pero al parecer también se pueden hacer ‘hallazgos de parking’.
Es el caso de este precioso Ferrari Testarossa de 1989, que fue hallado en un aparcamiento de Francia después de haber permanecido allí camuflado por su funda cogiendo polvo durante 20 años.
Esta belleza durmiente fue propiedad de un tal “Monsieur Jacques S”, empresario enamorado de los coches de lujo que en 1992 compró el Testarrosa a un agente de Ferrari en Mulhouse (al este de Francia) para añadirlo a su exclusiva colección.
Cuando falleció en 2012, el coche fue legado a su hija, que al parecer no compartía su pasión: ella nunca lo utilizó.
A principios de mes esta joya con apenas 22.433 km en el odómetro ha pasado a manos de su tercer propietario en una subasta llevada a cabo en Le Mans por Artcurial.
Aunque no se logró alcanzar el precio máximo esperado por la casa de subastas, pues fue adjudicado a un comprador anónimo por 95.360 euros, ahora el Testarrosa podrá vivir su segunda juventud.
Un último viaje de ida y vuelta a Saint-Tropez
Ferrari Testarrosa