En ocasiones el Olimpo de los grandes nombres del automóvil se nos vuelve tan poblado que nos resulta difícil dar a cada uno de ellos el reconocimiento que merece. En el caso de Nicola Materazzi (1939-2022), fallecido este mismo 23 de agosto a los 83 años, ocurre algo así: no es el primer ingeniero italiano que se nos vendría a la cabeza, pero sin duda su currículum deja patente lo mucho que los entusiastas le debemos.
Por ello, qué mejor momento que éste para reconciliarnos con el hombre que, prácticamente en solitario, concibió de su propio genio (e ingenio) uno de los modelos más reconocibles de Ferrari: el F40. Vamos allá.
Un hombre solo al mando
Toda la plana mayor de la ‘Scuderia’ frente al 126C (Foto: Davide Cironi en YouTube)
Nicola Materazzi nace en 1939, mostrando a una edad muy temprana una pasión por el automovilismo que cultiva a través de la lectura de miles de libros. Todo ello le llevaría a graduarse como ingeniero por la Universidad de Nápoles, y de allí pasaría a trabajar en diversos proyectos en Lancia y Abarth, donde participó en el desarrollo del Stratos y en la creación del primer Fórmula Abarth.
Para cuando cruza por primera vez el arco principal de Maranello en 1979, lo hace como jefe de diseño e ingeniería dentro de la división de competición del cavallino. Un destino harto ‘delicado’ (como sólo lo han sabido