El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, acaba de aprobar una ley que contempla 52.700 millones de dólares en subvenciones para potenciar la investigación y fabricación de semiconductores en Estados Unidos.
El objetivo es fomentar la competitividad de Estados Unidos frente a China, que acapara, junto con Taiwán, el 87% del mercado mundial de microchips, y poner remedio a la crisis de suministros actual a través de la producción local.
Más fábricas en suelo americano
Estados Unidos quiere poner fin, de una vez por todas, a la crisis de los semiconductores. ¿Cómo? Volviendo a apostar por el proteccionismo, esta vez a través de la denominada ley Chips. Fue probada hace unos días por el presidente Joe Biden y, precisamente, pretende reducir drásticamente la dependencia de China mediante el impulso de la producción local.
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La ley Chips ha necesitado menos de un mes para ser aprobada a través de una orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos y supone un enorme impulso para la industria local porque incluye 52.700 millones de dólares en subvenciones.
Las ayudas están destinadas a la investigación en el campo de los semiconductores, no solo para la